Para quienes la vivimos, por vocación, resulta al final de cada curso una aventura gratificante, que como dice el texto nos permite tocar el cielo con las manos.
Compañeros del grupo, quiero compartir parte de esta aventura. En Geometría Analítica, mis alumnos hacen una vinculación con su clase de artes plásticas, que consiste en interpretar matemáticamente un trabajo realizado y calificado en esa clase, la primera ocasión que lo hicieron, presentaron trabajos tan buenos, que considere, valdría la pena hacer una exposición (cosa que es común en mi escuela por escuela de educación artística), pero al director en turno (ciclo 2003-2004) le pareció una locura y lo consideró irrelevante, los alumnos decidieron montar con sus propios recursos la exposición en el salón de clases, que era nuestro espacio, yo coloque una felicitación para ellos en el espacio para avisos, lo que provoco que todo mundo visitará la exposición incluido el director, que quedo gratamente impresionado al recibir la explicación de los trabajos presentados; a la fecha, la exposición forma parte de las actividades artísticas de cierre de ciclo. Creo que cuando se goza la aventura del magisterio, los alumnos se contagian y sin darse cuenta aprenden algo más que los contenidos marcados en el programa.
lunes, 10 de mayo de 2010
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